Fantasías sexuales… ni culpa, ni vergüenza

© Marta Arasanz Roche, psicóloga y especialista en sexología.*

¿Tener fantasías es normal? Las fantasías sexuales forman parte de nuestro pensamiento y son una de las estrategias que usamos para poder desarrollar una sexualidad completa y equilibrada. Se podrían definir como una ensoñación que nos ayuda a imaginar situaciones sexuales liberadoras de nuestro mundo cotidiano, ya sea por que pueden resultar placenteras o por que su imposibilidad de llevarlas a cabo las convierte en deseables. De hecho, la capacidad de fantasear no sólo es “normal”, sino que es necesaria, y sólo podemos considerar las fantasías de forma negativa cuando se convierten en una condición indispensable para poder tener relaciones sexuales.

¿Para qué sirven? Sus beneficios son muchos, por ennumerar algunos:
• Inducir o incrementar el deseo sexual, tanto en solitario como en compañía.
• Aumentar la excitación.
• Reducir la ansiedad ante los comportamientos sexuales.
• Evitar la monotonía y el aburrimiento.
• Relajarnos y escapar de la tensión, e incluso conciliar el sueño.
• Ensayar actividades sexuales que se desean realizar, o que no somos capaces de llevar a cabo en la vida real.
• Superar la inhibición sexual. • Mejorar nuestra propia imagen.
• Borrar distracciones o presiones.
• Incrementar nuestro placer sexual durante un encuentro sexual real.
• Etcétera.

Además, hay que decir que son de gran utilidad en terapia sexual, porque ayudan a solventar cuestiones emocionales, psicológicas y propiamente sexuales, que son fuente de displacer para las personas que acuden a consulta. Su uso puede ser apropiado, entre otras cosas, para aumentar el interés personal por el sexo, reducir las diferencias de deseo en una pareja, incluir ingredientes distintos o no practicados; disminuir los sentimientos de culpa que se pueden relacionar con alguna situación o práctica erótica; incrementar la variedad sexual para poder romper con la monotonía y la rutina, mejorar la autoestima corporal…

¿Puede una persona llegar a obsesionarse con una misma fantasía? Cualquier conducta o pensamiento que se convierte en un acto compulsivo que no nos permite decidir libremente cuando y cómo utilizarlo, dejará por propia definición de ser una conducta o un pensamiento agradable, para convertirse en una obsesión. Se ha de diferenciar claramente de las fantasías recurrentes, es decir, esas a las que “recurrimos” a menudo porque nos funcionan, pero sin controlarnos.

¿Las fantasías son sólo para personas que están solas? Rotundamente no. Al igual que sucede con la masturbación, es una creencia errónea pensar que estas conductas o situaciones sólo se dan en algún momento del ciclo vital, o cuando no existe una relación afectiva-sexual. Tanto la masturbación como la formulación de fantasías se dan a cualquier edad, independientemente de cualquier otra situación.

¿Pensar en otra persona que no sea la pareja habitual es una infidelidad?No. El pensamiento es libre y nuestra capacidad para fantasear también. Una cuestión es el pensamiento y otra muy diferente la conducta. No es lo mismo pensar que hacer.

¿Las fantasías tienen un límite? El límite lo decide cada persona. Depende del permiso que te des para explorarla o para indagar en ella. De hecho, otra de las funciones de las fantasías puede ser, precisamente, la de permitirnos traspasar los límites personales, ensayando situaciones sexuales o conductas que difícilmente nos permitiríamos llevar a la realidad.

¿Si las fantasías contienen escenas parafílicas significa que tenemos una disfunción? Casi todas las fantasías se elaboran con algún elemento parafílico (exhibicionismo, voyeurismo, sadismo, masoquismo…) Insisto, hemos de tener en cuenta que una cosa es lo que fantaseamos y otra diferente la realidad.

* Marta Arasanz dirige el Institut Català de Sexologia i Psicoteràpia, ubicado en Barcelona. Es Académica Permanente de la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual (AESMES). Deciros que, además de ser una gran terapeuta -¡la de jironadas vidas sexuales que ha remendado!-, ha sido una de las personas que más me ha apoyado en mi labor divulgativa, no sólo colaborando en mis libros, sino rescatándome de algunos de mis innumerables bloqueos creativos. Encontrarás su información de contacto en la pestaña Recursos.

9 respuestas a “Fantasías sexuales… ni culpa, ni vergüenza”

  1. alejandro dice:

    Muy interesantes todo los comentarios , tengo la suerte de haber encontrado despues de muchos años de intentarlo la persona con la que puedo confiar mis fantasias , y en muchos casos las podemos llevar a la realidad . Creo que fue obra de cierta madurez, confianza en uno mismo , atrevimiento de animarse a exponer los gustos y percepcion de las respuestas de la otra persona. Estamos en plena etapa de ampliacion de nuestra sexualidad , entendiendo que siempre que sea consensuado , seguro y sano , y nos de placer , vale la pena explorarlo.

  2. XX, y de poner en negro sobre blanco sus inquietudes acerca del lenguaje fotográfico con rigor y al mismo tiempo con un eficaz tono divulgativo.

  3. Marta Arasanz, psicóloga y especialista en sexología dice:

    Felicitar a Sylvia, una vez más, sobre todo por que traspasa a su trabajo su gran pasión, su energía y toda su personalidad; también felicitar sinceramente a Álvaro, por la originalidad y la profesionalidad en sus diseños; me parecen magníficos, y cómo no, felicitar a todos los que participan a través de sus opiniones y reflexiones haciendo mucho más fácil nuestro trabajo.

  4. Fran dice:

    Las fantasías me parecen una pista que indica que al sexo le viene bien añadir otras personas, otros lugares, otros contextos. Hay quien se atreve a seguir la pista y consigue añadir a su sexo esa diversidad de ingredientes, y hay quien sólo quiere el estado mental de las fantasias, porque no se atreve a explorar esa otra zona de la realidad. Tener fantasías y no realizarlas (algunas, al menos) me parece algo un poco frustrante. Es como si nuestro yo íntimo nos dijera: “me gustaría tal cosa” y nosotros dijéramos “calla, no me perturbes con verdades, que vivo mejor en la normalidad y en las apariencias”. Creo que todos deberíamos darnos cita en la realidad con algunas de nuestras fantasías, digamos un par o tres veces al año.

    1. sylvia dice:

      Compartirlas es una cosa, hacerlas realidad… Antes de lanzarse a la piscina hay que tener las ideas muy claras, porque en la mente las controlamos, pero en la vida real..
      Estoy preparando un post sobre el tema. Calculo que en dos semana lo subo, pero antes hay otros a tratar.

      1. Jesus dice:

        Bieeeeeen, estoy deseando que lo publiques!!

    2. fati dice:

      Sí, como bien dice Sylvia, una cosa es la mente y otra la realidad. Bien es cierto que cuando estás en todo tu “éxtasis fantasioso-sexual” te dices a tí mismo/a que si mola en la mente, tiene que molar aún más en la realidad, apetece mucho en el momento, pero en frío….creo que la cosa cambia. Puede ser también que la lleves a la realidad y te deje de despertar el interés y la chispa…
      es una cosa muy personal. Ahora. Me gustaría saber de alguien que ha llevado una fantasía a la realidad y nos contara cómo ha sido, si ha habido cambios de la mente a la realidad (seguro que sí, aunque no tiene por qué ser ni peor ni mejor).

      un abrazoo

  5. Alejandra dice:

    Me pareció un artículo muy interesante y divulgativo, porque creo que nunca está de más hablar de temas que no por repetitivos sean menos interesantes o que ya esté todo dicho.

    A mi personalmente me cuesta conectar con la fantasía de mi pareja,porque creo que tiene un problema a la hora de relajarse y dejarse llevar…se corta, no puede..no sabe jugar..
    Eso por otro lado me cohibe a mí, no porque me sienta mal,sino porque no me deja fluir, y entonces siento que estoy como bajo mínimos.

    Y sí,tengo fantasías,las dejo venir,no las busco..

  6. LP dice:

    Saber que cuando mi cabeza levanta vuelo y se pone a surcar por las Fantasías sexuales no deja de significar eso, que es una fantasía, me saca un peso de encima.

    Recuerdo cuando era joven, bueno sigo siendo joven, jajajaja… que había fantasías que me provocaban muy mal rollo, la excitación era inversamente proporcional al mal rollo. Y como no tenía a nadie que me explicase que esas fantasías son simplemente eso, naturales o forzadas, pues pienso en esos momentos de angustia (“poco tiempo eh”) que me provocaban. Lo que me hace pensar en explicárselo a los peques a su debido momento.

    Ahora ya me queda clarísimo, lo tenía, pero ahora más… voy a seguir fantaseando, voy a seguir disfrutando de mis propias películas donde yo soy el director, claro está siempre y cuando sea consciente porque después están esos sueños (que creo que no son lo mismo) … menudo verano el del año pasado!!!, día sí y día también, soñando con temas erótico-festivos durante más de dos semanas, al principio me hacían gracia pero después provocaban que me despertase fatal, jajajaja… me imagino que sería por aquello del calor.

    Un besote y muchas gracias por el post Marta Arasanz, y como no a Sylvia. No dejo de aprender con todos vosotr@s, realizáis una gran labor social.

    PD: ARO es preciosa la ilustración!!! Lo del colibrí VERDE para el chico??? Será que somos unos verdes, jajajajaja. Me encanta.

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