El porno nuestro de cada día

¿Es admisible que una agencia de viajes se anuncie con una foto de unos pechos enormes desbordando un bikini y el lema: “Lo único que tenemos pequeño es el precio”? ¿Es aceptable que muchos productos, sean desodorantes masculinos o rones caribeños, se valgan de una señorita de buen ver como reclamo? Lo que sí está claro es que es habitual y nos hemos acostumbrado. Es más, la sexualización de la cultura es tal que su expresión más cruda, la pornografía, ha mutado de prohibida a omnipresente. Sus formas y maneras lo han invadido todo: el cine, las revistas, la publicidad, la moda… En definitiva, ¡nuestras vidas! Y sin apenas cuestionamiento: todos somos muy liberales, es lo políticamente correcto. Lógico: si miramos hacia atrás se nos hace difícil cuestionarnos el grado de libertad conquistado. Pero quizás que lo hagamos, porque la pornografización de la cultura tiene consecuencias.

Fijémonos, por ejemplo, en cómo se han distorsionado las relaciones sexuales y afectivas de las nuevas generaciones (supondremos –¿pecando de ingenuos?- que los adultos sabemos cuidarnos). Para muchos jóvenes el sexo se ha convertido en algo banal y consumista, de usar y tirar, genitalidad pura y dura y sin compromiso emocional. Visto lo visto, no debería sorprendernos que se inicien antes, lo practiquen todo (el sexo duro e insensibilizado no es inusual) y muchos acaben quemándose: tedio carnal, vacío emocional, adicción…

¿Y qué decir de los efectos de la pornografización en la autoestima femenina? (Los hombres también los sufren, pero en menor grado. Eso sí, todo llegará.) Desde pequeñas, las mujeres son bombardeadas con mensajes que subrayan la importancia de sus atributos eróticos (tanto tienes, tanto vales) y del grandísimo partido que pueden sacar de ellos. Es más, día sí día también se les enseña que las mujeres son objetos de consumo sexual y que han de mostrarse dignas de dicha consumición (¿con–sumisión?). ¿A alguien le extraña que acaben creyendo que su poderío emana de ser una chica sexy, caliente y accesible? Estamos permitiendo que las jovencitas (y no tanto) crean que Megan Fox o la pornostar Jenna Jameson son el modelo a seguir (“Claro que puedes ser cirujana, cariño, pero, por favor, la bata corta y con mucho escote”) en vez de enseñarles que la verdadera libertad sexual no consiste en hacer realidad la fantasía del hombre heterosexual (es decir, lo que se muestra en el porno, por algo triunfa), sino en poder elegir. Elegir lo que deseen ellas, ¡lo que quieran ellas!

Seamos políticamente incorrectos y cuestionémonoslo todo. Los adultos quizás sepamos discernir (me estoy riendo sola: nuevamente, a quién pretendo engañar), nuestros hijos, no. Nuestra obligación es protegerlos.

No dejés de ver el documental “Miss Representation” que expone cómo los jóvenes estadounidenses (¡y de todo el mundo!) han caído en la trampa de creerse que el valor de las mujeres depende de su juventud, su belleza y su sexualidad, tal y como se nos dice (machaca, acribilla…) por activa y por pasiva desde los medios de comunicación, empujados por marcas necesitadas de crearnos traumas que hagan que consumamos sus productos. Para más información sobre el documental y la campaña entra en  The Representation Project.

13 respuestas a “El porno nuestro de cada día”

  1. Jesús dice:

    Bueno, tal vez le vaya a caer mal a algunos y algunas, pero el hombre no tiene la culpa de que la mujer actúe o se venda de esa manera. El hombre (heterosexual) por naturaleza le gustan las mujeres, son atractivas (no todas) pero no se puede negar que unos lindos pechos, un buen trasero y lindas piernas llaman la atención. Pero el hombre (heterosexual) en general no anda pidiéndole a las mujeres (“modelos”) que salgan de una forma o de otra (es claro que esta es una sociedad de consumo). Lo cierto es, pensando en el comentario que alguien hizo sobre la Fórmula 1 que si bien es cierto hay muchas modelos (“lindas”) lo cierto es que ¿cuántas de esas mujeres saben conducir? Cuántas de esas mujeres tienen interés en ser pilotos (suena raro decir pilotas) de Fórmula 1… es muy bonito criticar al hombre porque le gustan las mujeres, pero a menos que sean esclavas… nadie las obliga a venderse… lo hacen por el dinero… entonces porque culpan al hombre (en general)… la mujer que quiere ser tratada como una dama, debe hacer cosas que digan que es una dama (ojo no digo que una modelo no lo sea)… Es muy bonito criticar y trasladar la responsabilidad de nuestras acciones a los demás (especialmente a los hombres)!

  2. Estoy de acuerdo con todo, pero sobre todo con la parte en la que haces mención a la banalización del sexo. Hoy día es un objeto de consumo sobrevalorado. En una relación entre dos personas es la guinda del pastel, a todos nos gustan las guindas, pero si no hay una base de respeto, lealtad, comunicación, proyectos comunes, apoyo, confianza… la guinda se queda en poca cosa.

    No en vano en el supermercado las guindas las venden en botes de cristal…

  3. Silvia dice:

    Yo tengo que añadir que este es un problema, que en vez de ir a mejor, cada día empeora, ya que la solución no ha venido por dejar de tratar a las mujeres como objetos sexuales, sino en hacerlo también con los hombres. No hace falta más que ver los nuevos anuncios de perfume, o el no va más, los anuncios de KH7 de Bigas Luna… ¡Lamentable!

    1. Erosplorer dice:

      En este sentido recomiendo la lectura de “Muñecas vivientes: El retorno del sexismo” de Natasha Walter. Una crítica sobre el ideal de mujer basada en el modelo de “muñeca striper”, muy interesante.

  4. Hola Sylvia, en nuestro trabajo vemos y escuchamos muchas cosas….

    Tal y como dices para las chicas jovenes, el sexo es algo aburrido , lo comparan con una asignatura mas, lo único que les importa es estar suficientemente guapas y sexys para gustar a los chicos. (con sus excepciones claro)

    Pero nada más, no saben de juegos, ni de diversión, ni de protección…

    Desde aquí animaría a esos padres a acompañar a sus hijas a charlas sobre sexualidad o alguna reunión de tupper sex, JUNTOS!!!

  5. fati dice:

    Hola Sylvia, perdona por haberos tenido tan descuidados. No doy a basto. Este post me viene que ni al pelo para comentar, que existe un Observatorio para la Imagen de la Mujer en la publicidad. Pertenece al Instituto de la Mujer y vela porque no se de una imagen estereotipada sobre la misma. Cualquier persona puede presentar una queja concerniente a un anuncio sexista y estudian el caso.
    El utilizar a una mujer “sexy” como reclamo publicitario para mí sigue significando que se sigue presentando a la mujer como un objeto y no como a un sujeto. Son estrategias de marketing que buscan al público masculino y ofrecen una dosis de deleite visual al hombre, anunciando en algunos casos, cosas que no tienen nada que ver. Véase como ejemplo periódicos deportivos que no quiero nombrar, que en su contraportada aparece una tía medio en pelotas. Y esto tiene una doble consecuencia: la primera es la evidente, y es la que presenta un estereotipo lejos de la realidad, proponiendo como modelo erótico un solo cuerpo, una sola forma de ser y resultar sexy. La otra es que es un círculo vicioso, pues se nos aleja a las mujeres de cualquier interés por el deporte. El deporte se anuncia como una cosa de hombres.
    Se me vienen muchísimos ejemplos más pero no es plan, porque es una larga lista.

    Un saludo

  6. El porno que tenemos en nuestra cultura es absolutamente machista… para cuando un porno hecho por y para las mujeres? Un saludo a tod@s, Laura

    1. Fran dice:

      Hay (eso sí, poco) porno hecho por y para mujeres pero le pasa lo que al otro porno: no atrae a las mujeres. El porno gusta a los hombres, no a las mujeres. Mutatis mutandis, casi se podría decir algo similar del sexo. El sexo prêt à porter sólo le gusta al hombre, y durante toda su vida. A las mujeres les gusta el sexo exclusivo (como la moda idem), el que eligen, se hace a su medida y es de marca (de su marca). Estas afirmaciones pueden parecer exageradas pero, por desgracia, lo he comprobado una y otra vez a lo largo de mis 50 años de vida. Si unimos la compulsividad sexual masculina y la sólo puntualmente irreductible moderación sexual femenina, así hacemos, nos va y nos pasan estas cosas. Es como la militancia contumaz de los simpatizantes de determinado partido español (muy macho) frente a la fragilidad ideológica (cuando no -y es peor- la purísima concepción) de los simpatizantes del otro gran partido español (mucho más femenino) que pronto irá a la oposición. El exceso de unos y el defecto de otros (u otras).

    2. Erosplorer dice:

      Existe un porno diferente, llamado porno para mujeres, yo prefiero llamarlo porno para inteligentes (sean hombres o sean mujeres).
      Mírate alguna película de Erika Lust por ejemplo.

      1. fati dice:

        Erika es simplemente fantástica

  7. Erosplorer dice:

    Ser liberal -o republicano en materia erótica, para mí un término más exacto – no es seguir el modelo del porno plástico y el sexo ficción. Muchas veces se confunde a las personas que podríamos llegar a tener una pareja abierta como obsesos consumistas de cuerpos sin ningún tipo de criterio.
    En mi opinión el Erotismo puede funcionar muy bien sin vinculación afectiva. Enseñar esa faceta no sería en principio malo. Lo pernicioso es hacer creer que el Erotismo sólo puede ser así. Como lo es enseñar lo contrario.
    Las relaciones eróticas con personas queridas son especiales, como también los son una comida, una excursión o estar contemplando juntos un lago en otoño. Son diferentes por la relación, pero eso no hace peores las relaciones eróticas sin vínculo. Simplemente las hace diferentes.
    Lo realmente perverso de ese discurso es el modelo de relación erótica con valores machistas y mercantilistas. En este modelo salen perdiendo las mujeres más que los hombres, pero todos lo padecemos en mayor o menor grado.

  8. Paolo dice:

    Sylvia, creo que esta entrada pueda dividirse en dos temas distintos.
    Primero, el cuerpo femenino como reclamo en la propaganda. Yo no hablaría de “porno”, el porno es algo explícito, bien definido incluso a nivel de contenidos, y distinto de lo que mencionaste. Hablaría simplemente de un anzuelo para llamar la atención por medio del sexo implícito. El sexo engancha, siempre, posiblemente aún más cuando no es explícito (como en el porno): se dice que lo que se vislumbra vale mucho más de lo que se ve claro… Creo que la cuestión sea otra. La chica “de buen ver” engancha a los hombres, o sea, el blanco de este tipo de propaganda es el varón. Y la propaganda sirve para vender. Ahora, me consta que hombres y mujeres sean ambos potencial consumidores de viajes, desodorantes y más cosas, en la misma medida. Posiblemente las mujeres tienen una propensión para gastar más en ciertos campos (…y los hombres en otros, vale, ¡paridad de sexos! No quiero desatar una polémica… :o) Yo creo que hubiera que preguntárselo a los creativos de la propaganda, el porqué se dirigen a los varones.
    El segundo tema es el de la importancia que el aspecto, el sex-appeal, tiene en el “total” del valor de una mujer. Tú hablaste de “objeto de consumo sexual”: no podías decirlo mejor. En toda parte del mundo la mujer se “entrega” a la sociedad ayudándose con su aspecto. Sencillamente, hay que reconocer que los puestos clave en la sociedad, o sea donde se toman las decisiones y las ELECCIONES que cuentan (incluso si te doy o no un puesto de trabajo), con muy pocas excepciones están firmemente en mano de hombres, desde cuando el mundo empezó a girar. Y esto deja su huella, creo. Pero, permíteme expresar mi opinión sobre esto aunque sea yo hombre, creo que exista una componente de orgullo (perfectamente legítimo, y que existe en el varón también), de “mírame que chula soy”. Y que no solo se dirige al hombre pero también a las demás mujeres, con un contenido de “yo soy mejor que tú”. Y esto forma parte de aquellas cosas que se hacen pero sin decir, que se dejan intuir pero sin declarar… al fin y a cabo, una mujer siempre es mujer, ¿no? ;o)

  9. Sylvia…

    Soy aficionado a la F1, cada domingo de carrera alli me tienes pegado a la tele viendo las carreras… y con mi esposa y mi hijo siempre comentamos lo mismo ¿por qué no hay pilotos mujeres? ¿por qué las mujeres de la F1 son esas super-chicas que o bien, son novias de los pilotos, o son las de super minifalda que aguantan el cartelito con el nombre y la banderita?… En general, aceptamos ver a la mujer como un mero objeto más, de nuestra inmensa cantidad de objetos de consumo superfluos y banales… Y cuando uno como hombre levanta la voz y se indigna pues, lo tachan de ‘bicho raro’. Uno debe ir al bar a ver el fútbol y beber cerveza ¡que caray!. Creo firmemente en el camino de la educación de nuestros hijos, si nosotros como pareja conseguimos que nuestro hijo vea la realidad del mundo tal cual es, es decir, mujers y hombres, hombre y mujeres son iguales en derechos, libertades, oportunidades y obligaciones… entonces ayudaremos a que, esos anuncios de pechos enormes y tías buenas anunciando cerveza (que se beben ellos)… queden arcaicos y repulsivos… como ya lo son ahora!.
    Abrazos fraternos!

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