El Confesionario (XLIII)
1. Soy una mujer de 37 años, casada y sin hijos. Hace dos años y ocho meses conocí a un hombre, también casado, que inmediatamente me dejó pasmada por su caballerosidad, su cultura y su hermosa voz. Ambos somos diseñadores gráficos y debo decir que jamás había conocido a nadie con tanto talento como él.
2. Debo decir que soy una mujer atractiva. Lo sé porque me siento a gusto con mi rostro y mi cuerpo, y porque desde que tenía 15 he sido lisonjeada hasta el cansancio. Es por eso que cuando este hombre no actuó como la mayoría, llenándome de halagos, me obsesioné con él.
3. Un buen día le envié un mensaje de texto, a manera de broma, en el que le decía que ese día hacía mucho calor, y que deseaba estar junto a una piscina, a la sombra de un árbol… y que si le apetecería darme un masaje en los pies. A partir de ese momento, no volví a saber nada de él durante más de tres meses.
4. Yo le llamaba a su móvil, le enviaba mensajes fingiendo no haberme dado cuenta de nada, y cuando llamaba a su oficina siempre estaba en junta o no se encontraba.
5. Supongo que sabrán qué sigue, porque después de un tiempo en el que yo ya había perdido la esperanza de volver a verlo, se apareció por la empresa en la que trabajo y me invitó a tomar un café. Tan sorprendida estaba yo de verlo, que ni siquiera se me ocurrió hacerme la interesante, simplemente tomé mi bolso y salí con él lo más aprisa que pude, como para no darle tiempo de que se arrepintiera.
6. La cafetería a la que me llevó era pequeña, pero a esa hora del día estaba desierta. Me explicó que no me había llamado porque la imagen que le di de mi en la piscina lo había inquietado demasiado. Me dijo también que jamás había sido infiel a su esposa, pero que no podía dejar de pensar en mí. Me dijo que ni siquiera su esposa había despertado en él tal intensidad en sus impulsos sexuales, y que todo ese tiempo había estado luchando con eso, hasta ese día.
7. Pues bien, esa misma tarde nos fuimos a un motel, y vaya experiencia… con decir que yo jamás había practicado el sexo anal, y en esa ocasión estaba tan excitada que pude alojar todo su miembro en mi culito de una sola vez, y además me encantó. Después de esa primera ocasión, no volvimos a prescindir jamás de la penetración anal.
8. Desde entonces nos veíamos todos los días para charlar, besarnos y pasarla de maravilla, y los viernes nos dedicábamos al sexo desde las 12 del día hasta bien entrada la tarde. Con él supe lo que es recibir semen en la boca y tragarlo (¡qué delicia!), usar juguetes sexuales y experimentar mi primera doble penetración, con un dildo en mi vagina y su pene en mi culo.
9. Pero hay más: una noche de fuerte lluvia, estábamos en su carro cuando me preguntó si me atrevería a penetrarme con la palanca de velocidad. Mi asombro fue mayúsculo, pero accedí al instante, así que levantándome la falda, fui dejándome caer poco a poco sobre la palanca de aquél sedán rojo, mientras él me ayudaba sosteniéndome por la cintura para evitar que mi peso nos hiciera una mala pasada y yo fuese a resultar lastimada. Debo decir que la adrenalina, el morbo y el deseo se conjugaron en mi vientre y me brindaron uno de los orgasmos más deliciosos de toda mi vida, que fue coronado con un largo beso mientras yo aun tenía adentro de mi la palanca de su auto.
10. Pasados ocho meses, de la compañía donde él trabaja lo enviaron a otra ciudad, por lo que se fue con todo y su familia. Las primeras semanas me llamaba con bastante frecuencia, pero al paso del tiempo la comunicación se volvió más esporádica hasta que cesó por completo, porque él cambió su número de móvil. De esto hace ya dos años y no volví a saber de él, pero el recuerdo de esos momentos de sexo sin restricciones quedarán en mi alma mientras yo viva.
¿Te animas a participar en El Confesionario? Quienes lo han hecho dicen que les ha resultado una experiencia muy enriquecedora. Si te decides, escribe a [email protected] aquello que quieras compartir. Si necesitas más información sobre cómo funciona esta sección entra en “¿Quieres compartir tu historia sexual?”. En la pestaña El Confesionario, encontrarás las entregas anteriores.
Que falta de autoestima ,como para permitir cumplir el morbo de un hombre
y se que no necesitas esperar a que regrese ,en cualquier lugar los hay , lo difícil es encontrar alguien que de verdad se preocupe por ti ,Que te haga sentir que eres especial , el sexo va mas haya
Hola de nuevo, creo que tienen razón, la vida hay que aceptarla como viene y si en una de esas te trae de nuevo a ese galán… nena, aprovéchalo!!! Sea él mismo o ¿por qué no? algún otro. El chiste de todo esto es que te dejó nuevas experiencias y muy ricas por lo que nos cuentas, y pues de no practicarlas con tu marido porque simplemente no se te antoja, belleza podrías hacerlo tu sola, sé que no va a ser para nada la misma intensidad ya que faltarán los besos de aquel chico, pero ¿por qué limitarte a revivirlo? Goza y goza mucho!!!
¡Hola Didi!
Pues mira, si acaso él regresara, lo recibiría no sólo con los brazos abiertos, pero hace ya tanto tiempo que no sé de él… y en relación de que pueda ser algún otro, pienso que cada persona es única, y en esta experiencia se conjuntaron tantos factores -atracción, carreras idénticas, música, deseo, etc.- que estoy segura, no se repetirán con nadie más.
Y si, cada vez que puedo (lo cual es muy seguido) recurro a los simpáticos artilugios que adquirimos cuando estuvimos juntos, y a los que les guardo un especial cariño.
Besos, Didi.
Qué vidas más aburridas deben llevar quienes son incapaces de darse cuenta de que una historia asi es más que posible. A toda estas personas les diría que se pongan las pilas que si no se van a morir en vida
La verdad es que si. Demasiado aburridas.
Pero con el tiempo te acabas acostumbrando
Hola Voyeur.
Depende de cada uno acostumbrarse o no. Aunque no es lo mismo acostumbrarse que aceptar.
La verdad es que no se la diferencia
Voyeur: Desde mi punto de vista, acostumbrarse es simplemente entrar en una rutina de la cual una ni cuenta de que está viviendo. Aceptar, por el contrario, requiere de reflexión y comprensión de las situaciones, a fin de asimilar lo que se vive. Una puede ACOSTUMBRARSE a -por ejemplo- ir al cine cada fin de semana. ACEPTAR que una es cinéfila ofrece más posibilidades de disfrutar. Así mismo, si una se acostumbra a una rutina de pareja, acaba por morir la relación. Si se acepta que la pareja está en la rutina, hay posibilidades de mejorar, siempre y cuando ambos quieran hacerlo. En concreto: La costumbre es un virus silencioso. La aceptación requiere conciencia.
Yo tampoco me creo la historia, es la primera vez que me pasa con el confesionario. La realidad supera la imaginación pero esta vez lo siento, pero no me lo creo
La vida es para saborearla y disfrutarla en llegando la ocasión.
Me pareció fantástico todo lo narrado, es la imaginación, el cerebro el mayor de los órganos sexuales.
Me alegro.
Que pena no haya muchas más mujeres que así piensen.
Hola Casimiro. Mil gracias por tu comentario. Jamás había yo fantaseado con tener sexo de las formas que lo tuve con mi Diseñador, pero ciertamente sabía que mi experiencia en este terreno podía dar para mucho más. Creo que simplemente el saber que había posibilidades de más me mantenía a la expectativa, o quizá faltaban motivaciones para encenderme la imaginación.
Gracias a tí Lori, por tus comentarios.
La respuesta que le has dado a Voyeur,,, me parece maravillosa.
La aceptación de las cosas requiere de un trabajo de la mente, del cual podremos sacar muchos beneficios.
Pero al personal les cuesta trabajar…. Y trabajar la mente es algo maravilloso.
Es inteligencia,
Es conocimiento.
Es… la solución para muchos de los problemas en los cuales hoy, muchas personas se “atrancan” llegando en ocasiones, estos problemas enquistados, a ser insoportables y rompedores de toda línea de felicidad.
Será que habré leído unos cuantos relatos eróticos… Pero la estructura y la historia, no por el contenido sino por la manera como está escrita, me recuerda muchísimo a ellos. Este es el primer confesionario que no me acabo de creer. ¡Lo siento!
Hola Annabel!
Pues en realidad es un halago para mi que sientas que mi confesionario tiene estructura de cuento erótico, porque la verdad es que yo también los disfruto y me gusta escribir, así que si alguien siente que este texto cuenta con esa estructura, creo que uno de los objetivos se ha cumplido. Afortunadamente para mi -salvo por la despedida, claro- la historia es absolutamente cierta.
Hola a todos. Agradezco cada uno de los comentarios, aunque no veo envidia por ningún lado, como comenta Emi.
Esa fue una de las pocas ocasiones en mi vida en las que he podido darme cuenta de la maravilla de lo que acontece, justo cuando acontece, y no sentir melancolía años después. No sé si hubiese bajado la intensidad de la emoción o no, pero pienso que de haber sido así, igual habría valido la pena. Sé que además de cachondez, se necesita curiosidad, empatía y pasión por la vida para atreverse a vivirla. Es curioso: Yo tampoco había sido infiel, pero al conocerlo algo me pasó y simplemente no me le pude resistir. ¿Cómo es posible? Lo ignoro. Sólo sé que jamás volveré a serle infiel a mi esposo, porque nunca actué de mala fé. Fue este hombre increíble quien me provocó a dejarme llevar ¿Asunto pendiente de otra vida? ¿Química irresistible? ¿Aburrimiento de mi matrimonio? Todo lo practicado con mi Diseñador no me apetece con mi marido. Quizá sea que estábamos destinados uno al otro y la vida simplemente no pudo resistir lo que veía venir.
Como le dijo Spock a Kirk: ¿No es lo que los humanos llaman “una broma”?
Hola Lori
Tuve una experiencia muy similar. Realmente la intensidad casi obsesiva de vernos, de compartir momentos diarios, de sonreírnos adolescentemente cada vez que nos veíamos era superador…mi historia no termina como la tuya, ambos casados también, el con 20 años de matrimonio, yo menos…pero era tan superador e intenso que no podíamos mantenerlo…aun hoy lo veo , es padre de un compañero de escuela de mi hijo, lo cual hace que nos “evitemos” porque la tensión continua…me queda la linda experiencia y la gratitud hacia el y la vida de haberla vivido…saludos !
Hola Mercedes.
Parece mentira, pero cuando si existen esas ocasiones en la vida cuando pensamos que no podemos estar mejor… y llega alguien inesperado y lo vuelve mejor aun. La vida sigue, y nosotros con ella.
que impresionante la imaginacion humana , felicito la narracion , y todas las posibilidades que tenemos de gozar con ocurrencias de nuestra imaginacion y poderlas llevar a la realidad .
Que mala es la envidia! Suelen sentirla los infelices: no soportan la felicidad a ajena.
Que bien ha estado esa experiencia. Y no te preocupes, lo mismo vuelve a aparecer esa u otra persona que te aportara mas experiencias.
Y en referencia a probar con tu marido….
No se, no me acaba de convencer.
Si hasta ahora no ha habido nada de “eso” con el, puede ser que no le agrade mucho.
¡QUÉ RICO! Hasta el cambio de marchas me parece erótico desde tu punto de vista.
Amiga… lo bueno, si breve, dos veces bueno. El buen sabor de boca que deja, la ilusión de que siempre hubiera sido igual es lo que te queda. Pero… no añores algo que con el tiempo seguramente no hubiera sido igual de bueno.
Da gracias por haberlo vivido y… ¡búscate una nueva ilusión!
Si fueras hombre no lo dudarías, pues… ¡eres mujer y tienes el mismo derecho a disfrutar de la vida, de las cosas que te regala!
Cada día es un regalo y no nos damos cuenta.
Tal y como apareció de sorpresa seguro que algún día vuelve de nuevo.
Es una lástima que hayan dejado de verse, cuando encuentras a alguien tan afín a tus deseos sexuales, que te enseña y da rienda suelta a su imaginación en la cama contigo, sí duele y mucho el que tenga que salir de tu vida…
ojala no te dejara llena de melancolias…. y todo eso lo llegaras a practicar con tu esposo.
A nosotros nos ocurrió una cosa parecida un día subiendo a Deba….. bien lubricada una palanca con pomo de madrea es un buen juguete… 😉
Yo nunca imaginé que mis deseos pudiesen empatar tan bien con la imaginación desbordada de nadie más. En efecto, una cosa enterarse de todas estas posibilidades mediante la literatura, las películas o la simple fantasía, y otra muy distinta es de repente encontrarse viviendo en ellas. Felicidades a ambos. ¿Verdad que es muuuy exitante?
todo tiene un comienzo y un final, ahora a lo mejor es el momento de demostrarle todo lo aprendido a tu marido, claro esta sin decir donde lo aprendiste
Decir dónde y con quién lo aprendí no es opción. Y menos aun si yo se lo ofrezco…